Guía de cómo interpretar/Rolear

[Guías de rol] Las tres reglas de oro

Interpretación: Las tres reglas de oro.

(Por Anne Stickney. Coautora del Ultime Visual Guide. Senior Editor y Lore Columnista para .)

Traducido por: @KoySoyYo

rpeventVoy a comenzar esta nueva columna con un comentario controvertido: Puedes interpretar lo que quieras. Lo que quieras ¿Quieres rolear a un mitad demonio, mitad trol, que además sucede que es el primo segundo de Vol’jin? Hazlo ¿Quieres interpretar al líder de una facción o un reino que no existe? Hazlo ¿Quieres rolear a un brujo cuyos demonios están menos “esclavizados”, más como una “pandilla de amigos aventureros”? Hazlo. El rol es, en esencia, creatividad, y las únicas limitaciones que realmente existen están en tu mente.

Pero. (Siempre hay un pero, ¿no?)

Esta es una de las tres cosas que me gusta llamar las reglas de oro del rol, particularmente cuando estás interpretando en un juego cuyo lore ya ha sido, al menos,  vagamente  definido. No puedes seguir una de esas tres reglas sin tener en cuenta las otras dos; las tres tienen que funcionar juntas para conseguir esa increíble experiencia de rol que estás buscando. Esto no solo cuenta para World of Warcraft, sino para casi cualquier MMO al que juegues.

Regla #1: Puedes interpretar lo que quieras.

La regla número uno parece una regla genial en teoría, y lo es; puedes interpretar aquello que desees. Antes enumeré algunos ejemplos algo cogidos por los pelos, pero esto también funciona para los no tan extravagantes. Por ejemplo: Tienes un personaje humano, una hoja en blanco. Ese personaje humano en blanco, en sí mismo, es bastante aburrido, así que decides añadirle un trasfondo para hacerlo más interesante. Ese trasfondo puede ser lo que quieras que sea; tal vez es un huérfano criado en las calles de Ventormenta. Quizás es de una pequeña granja en algún lugar a las afueras del Bosque de Elwynn. Quizá es uno de los últimos supervivientes del reino de Alterac, siempre amargado por lo que en lo que se ha convertido su amado hogar. Lo que decidas solo depende de ti.

Sin embargo, esto es lo que deberías considerar: Lo que decidas debería, a ojo de buen cubero, al menos reflejar el mundo en el que estás interpretando, alguien que podría existir draeneihealingplausiblemente dentro de ese mundo. Un héroe de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos no encajaría en Azeroth, ya que esa guerra y los países que participaron no existen en el pequeño, extraño y fantasioso mundo de Azeroth. Sin embargo, lo chulo de Azeroth es que hay un motón, y me refiero a un montón, de margen de maniobra con el que trabajar. Quizás un héroe de la Guerra de Independencia no encajaría; pero Azeroth ha tenido varias guerras en el curso de su historia y tu personaje podría ser un héroe de cualquiera de ellas.

World of Warcraft es bastante único en el sentido de que tiene un período de tiempo tan grande que simultáneamente tiene una serie de eventos históricos muy bien definidos y también períodos de tiempo en lo que nada está definido en absoluto. Así que aquí hay una decisión que puedes hacer, lógicamente hablando; puedes decidir trabajar con esos eventos históricos definidos y utilizarlos como una espina dorsal sobre la que construir a tu personaje en el mundo del juego, o puedes elegir aquellos puntos en los que nada se define e inventar algo que te suene plausible y razonable. Uno de estos rumbos es más fácil que el otro, pero el quid de la cuestión es que ninguna de esas opciones es incorrecta. Y aquí es cuando vamos a la regla número dos.

Regla #2: Puedes elegir rolear con quien desees.

Lo bueno del rol es que no es una actividad individual; es un juego de redacción improvisada en una mesa redonda. Tu personaje, por supuesto, puede tener aventuras por su cuenta, y puedes conformarte simplemente con escribir sobre sus hazañas en varias obras de fanfic para tu propio entretenimiento, pero hay un montón de aventuras que se podrían dar y que dependen de la interacción con otros jugadores de rol. Del mismo modo que la pregunta de quién es tu personaje depende de ti, también lo hace el qué ha sido hasta ahora; y compartir esa información con los demás, y descubrir lo que han sido ellos, es lo que hace divertido el rol.

groupdanceSi has creado a tu personaje con un trasfondo, como el antes mencionado humano que es uno de los últimos supervivientes del reino de Alterac, ¿qué sucede si se cruza con otro jugador que también es de Alterac? ¿Qué decidirían hacer? ¿Se llevarían bien? ¿Tienen distintos puntos de vista sobre lo que pasó? ¿Lucharían? ¿Serían amigos? No lo sabrás hasta que empieces a hablar con la gente.

Pero puedes elegir rolear con quien quieras. Si ves a alguien con un trasfondo que no casa con tu idea de lo que está pasando en Azeroth, no tienes por qué rolear con esa persona. No estás bajo la obligación moral de hablar con todos los que tu personaje se cruce, no estás en la obligación de reconocer que existen. Tienes la libertad de elegir con quién roleas, y si alguien no cumple tus requisitos personales para el rol, está bien. Simplemente no rolees con ellos. Muévete, encuentra a alguien que encaje con los criterios que tienes en mente. Eso es todo al respecto, y no hay nada de malo en tomar esa decisión. Sin embargo, esto nos conduce directamente a la regla número tres, y es la más importante de todas.

Regla #3: Los otros jugadores puede elegir rolear o no contigo.

Esta es la parte importante, y es la que muchos jugadores de rol suelen tomarse de una manera muy personal. Así como tú puedes elegir tus compañeros de rol, esa misma gente está funcionando bajo las mismas tres reglas de oro. Solo porque te guste esa historia de personaje que has inventado no significa que nadie esté bajo la obligación de rolear contigo. Mientras que estás mirando los trasfondos e historias de la gente y decidiendo si encajan o no con tu punto de vista sobre lo que sucede en Azeroth, ellos están haciendo exactamente lo mismo contigo. Y no hay nada de malo, absolutamente nada de malo con no rolear con alguien.

Hay todo un mundo de diferentes tipos de jugadores de rol ahí fuera; como dije, hay jugadores que utilizan el lore existente y establecido como punto de partida para su historia, y hay jugadores que eligen modelar su propia historia a partir de los vacíos y los momentos indefinidos del lore. Y también hay jugadores que están en cualquier punto intermedio de ese abanico. Cada jugador trabaja con su propia definición de lo que ese mundo debería ser, su “canon” sobre cómo debería Azeroth existir. Para algunas personas el lore definido es más importante. Para algunas otras, lo importante es la libertad de crear sus propias definiciones. Y ningún canon individual sobre cómo debería funcionar esto tiene absolutamente nada de malo.orgrimspeaks

Pero eso no quiere decir que la gente esté obligada a rolear contigo. Y cuanto más extravagante y fuera de lo establecido hagas tu personaje, más limitarás las interacciones potenciales que tendrás como jugador de rol. Cuanto más cogida por los pelos sea tu idea, menos personas encontrarás que estén de acuerdo con ella. Así que tienes otra pregunta que hacerte y otra decisión que tomar, más allá de “¿Qué tipo de persona quiero que sea mi personaje?” es “¿Cuánta gente, cuánta interacción social estoy buscando con mi interpretación?”. Cuanto más grande sea el número, más amplia es la red que tienes que tejer, y a más gente le va a tener que gustar tu historia; lo que significa que probablemente deberías empezar a apoyarte más en el lore definido y establecido, porque esas son las clases de historia con las que la gente se familiariza y con las que están dispuestos a involucrarse.

Todo el mundo sigue estas reglas.

Todo el mundo sigue estas reglas para rolear, lo hagan conscientemente o no. No es algo sobre lo que la gente piense como “reglas”. La gente simplemente crea sus personajes, los arroja al mundo y ve dónde pueden encajar. Las hermandades de rol suelen tener un trasfondo o un “canon de hermandad” a los que los aspirantes tienen que ajustarse para poder formar parte de ella, lo que quiere decir que los jugadores pueden elegir crear sus historias para que se adapten a los criterios de esa hermandad. Algunas hermandades rolean y hacen eventos con otras si sus historias parecen seguir la misma dirección, y algunas otras solo rolean con ellas mismas y no reconocen la existencia de otras. Y nada de esto está mal.

Demasiado a menudo la comunidad de rol no solo tiene demasiada creatividad, sino que es excesivamente crítica; porque, por alguna razón, la gente que está tomando la decisión sobre elegir con quién no rolear a veces se ven obligadas a decir en voz alta por qué no quieren rolear con alguna persona o hermandad. En algunos casos esto es totalmente válido; sobre todo si hay jugadores o hermandades que acosan o tratan mal a algunos jugadores, un jugador de rol debería saberlo antes de que forme parte sin darse cuenta de la gente que es tratada de esa manera. Un jugador o una hermandad con una gran fuerza negativa en la comunidad es algo sobre lo que la gente debería desconfiar.

Pero no hay ninguna razón lógica por la que esas críticas se deberían hacer cuando gran parte de las mismas simplemente se reduce a “No me gusta el mundo de ‘vamos a suponer que esa persona o personas en particular se lo han montado para ellos mismos’” ¿Por qué? Porque simplemente puedes elegir no rolear con ellos. No tienes que decir nada; tu silencio hará que tu postura sea bastante clara. Si alguien pregunta por las razones por las que no roleas con ellos, o una crítica a su personaje, sé libre de compartir esa información, pero ten en cuenta que tanto como tú eres libre de elegir con quien rolear y con quien no, ellos son libres de decidir tomar o no en consideración esa crítica. Si no preguntan por una opinión, no hay absolutamente ninguna razón para dar una. Si no se ha pedido, no se necesita.

Recuerda: rolear es fundamentalmente un esfuerzo de grupo y un ejercicio de creatividad. En esa creatividad está la libertad de tomar decisiones para adaptar tus propias necesidades. A menos tiempo emplees en centrarte en cómo de equivocada a tus ojos es la historia del personaje de una persona, más tiempo puedes centrarte gustosamente en hacer la historia de tu personaje la más chula que nunca hayas escrito, e ir a divertirte con ella.

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