Cuaderno de bitácora

Terreno de Pruebas

Supervisor: Oficial Annor’Othar.

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Nuevos agentes en periodo de prueba:

Tras conocerles junto al Oficial Fulgorsolar y  la Agente Flechaveloz, les sometimos hacia una de las pruebas más difíciles. Objetivo: Fuente del Sol. Los Cristales Ilusorios, tecnología de los Draenei, por cortesía de la Ofensiva del Sol Devastado, nos recreó la caída de nuestro reino, hace doce años, cuando la Plaga ya estaba sitiando las puertas de la Sagrada Meseta y nuestro Rey, Anasterian Caminante del Sol, había sido asesinado por el mismísimo traidor…Arthas Menethil, antes de ascender a Rey Exánime.

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Al entrar en las estancias sagradas, encontramos que la plaga ya había sitiado la parte de la entrada. El programa nos había proyectado hacia ese punto cúspide en que la Fuente del Sol estaba apunto de declararse perdida. Bajo mi supervisión, observé cómo los nuevos integrantes junto a mis compañeros formaron para poder atacar los tres campeones que ordenaban a los no-muertos, seres levantados de nuestros hermanos caídos, a entrar hacia los jardines desde el patio interior.

Fuimos testigos de cómo los Errantes y el cuerpo de élite intentaban hacer un muro de contenci0f8a6c22c2f5ec9db5647c3d884547a3ón en la ilusión proyectada para que no pasen, con la posibilidad de que algún integrante conociese a alguien de la ofensiva. Dos de los tres campeones se ocuparon del equipo. Dispuestos a abrir batalla, el agente Kel’doran respondió, y las flechas certeras de la agente Flechaveloz hacía honor a su linaje.

Los no-muertos estaban apunto de derribar la defensiva de los nuestros desde el jardín, Uno a uno estaban cayendo. La agente Salvasombra intentó proyectar un escudo de luz  a Los Errantes y el cuerpo de élite para que tengamos tiempo de acudir en su ayuda, no sin antes terminar con la no-vida de esos Campeones alzados, pero… desgraciadamente, el miedo de la Sin’dorei  ante los recuerdos, le era difícil poder controlarlo y su luz se estaba debilitando. Después de hacernos retrasarnos y dificultar nuestro deber, con una magistral intervención, el Oficial Fulgorsolar clavó sus dagas en el putrefacto corazón del Campeón dejando una carga explosiva.

El Segundo Campeón arremetió contra los dos agentes Kel’doran y Thôndaeron. Dispuesto a impedirlo, el Oficial Fulgorsolar quiso intervenir con sus artes de la muerte, pero le avistó. Consiguió propulsarlo varios metros hacia atrás de un golpe seco, agarró las piernas del Oficial y lo lanzó contra el equipo, derribándonos a todos, menos a la agente Flechaveloz; pudo retirarse a tiempo y tensar su arco para apuntar a su cabeza. Pero el Campeón fue más rápido, evitó parcialmente el impacto del proyectil, siendo dado al hombro.

Aprovechando el derribo, los agentes Kel’doran y Thôndaeron, estando en el suelo y sin que les de tiempo a ser levantados, estuvo dispuesto a pisotearlos. La agente Salvasombra actuó presta y más decidida, cubriendo a ambos compañeros con un escudo, impidiendo que el Campeón pudiera dañarles. Esa luz le hizo retroceder, momento en que Flechaveloz pudiera de nuevo tensar su arco y apuntar a su contrincante. Kel’doran raudo, desapareció de nuestra vista, apareciendo en la espalda del Campeón, haciendo un descenso de la Muerte, atravesando el corazón del putrefacto rival, cayendo de bruces al suelo.

Llamamos la atención al tercer campeón de la plaga. Cargó contra Kel’doran. No pudo esquivar la fuerza en cómo lo embistió, cayendo varios metros hacia atrás. Los reflejos de Salvasombra no fueron muy certeros. Thôndaeron entró en defensa. No esperamos que el tercero supiese leer nuestros ataques, pero no supo leer tanto a nuestra agente Flechaveloz. Sin embargo, incluso pensando en que podríamos saborear el amargor de la derrota, Thôndaeron desató sus poderes profanos-nigrománticos, tratando de apoderarse de la mente del Campeón y someterlo. Su mente era muy fuerte, le costaba someterle. En ese momento, teníamos cierta garantía, o al menos, ese preciado tiempo para poder ir contra los no-muertos que consiguieron romper la resistencia de Los Errantes y el cuerpo de élite. Ya habían entrado en el jardín. Eran seres más débiles que los propios campeones con quienes nos habíamos enfrentado, y conseguimos que nuestros hermanos huyeran a salvo a otras estancias para prepararse en la próxima oleada.

Thôndaeron tan solo pudo esclavizarlo unos minutos, dejándolo severamente agotado. El Campeón, despertando de su letargo, sacudió su cabeza, y mientras aún le quedaban fuerzas, quiso cortarle la cabeza con su mandoble. Salvasombra actuó nuevamente con presteza. Fue en ese instante cuando pude observar, que la joven elfa estaba cobrando valor. Volvió a impedir, con más seguridad que nunca, que diese final a su compañero, momento perfecto en que la oficial Flechaveloz le diese muerte. El proyectil era tan certero, que le dio entre ceja y ceja, atravesando su putrefacto cerebro. Su cuerpo cayó pesadamente sobre el suelo.

Pero nuestra batalla no termina aquí. En las estancias sagradas… aún debemos dar tiempo a que los Magister pongan a salvo a los civiles y los trasladen a la Isla del Caminante del Sol, ¿lo conseguiremos? Nuestros agentes son valientes, están venciendo sus miedos, ahora empezamos a entender, porqué se nos envió hacia el dolor más profundo de los Sin’dorei.

La oleada estaba apunto de entrar en las puertas.

Ya vienen….

Scourge

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